Un minuto de silencio; una vida de reflexión

25 noviembre 2015

Hoy 25 de noviembre no es un día más. Es un día en el que conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Orihuela, de la Universidad Miguel Hernández, está comprometida con el avance de las mujeres y de los hombres en la sociedad.
Todos los organismos educativos tienen una función crucial en el desarrollo de la personalidad y actitudes de nuestros jóvenes, y la Universidad juega un papel importante en ese desarrollo.
Tú, yo, NOSOTROS, NOSOTRAS: Es compromiso y responsabilidad compartida. Es no querer echar la vista a un lado, ante una realidad social compleja, delicada, que nos atañe a todas y a todos.
Porque no es cuestión de haber nacido mujer u hombre,
Porque la palabra RESPETO no es lo mismo que GOLPE,
Porque generar DESIGUALDAD es lo mismo que no AVANZAR,
y porque AMAR significa LIBERTAD.

Queremos una sociedad sin violencia de género, y no normalizar unos datos y una situación que parece que avanza justo en el sentido contrario: en el retroceso, en el sentir que una persona posee poder sobre otra solo por el hecho de que cree que le pertenece.
¿Quién pertenece a quién?
AMAR significa LIBERTAD.

Y para concluir, en boca de nuestro queridísimo Miguel Hernández, uno de sus poemas dedicados al AMOR:

No salieron jamás
del vergel del abrazo.
Y ante el rojo rosal
de los besos rodaron.
Huracanes quisieron
con rencor separarlos.
Y las hachas tajantes
y los rígidos rayos.
Aumentaron la tierra
de las pálidas manos.
Precipicios midieron,
por el viento impulsados
entre bocas deshechas.
Recorrieron naufragios,
cada vez más profundos
en sus cuerpos sus brazos.
Perseguidos, hundidos
por un gran desamparo
de recuerdos y lunas
de noviembres y marzos,
aventados se vieron
como polvo liviano:
aventados se vieron,
pero siempre abrazados.

Miguel Hernández. Poema romántico

La violencia contra la mujer constituye un obstáculo para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz. Tenemos una misión compartida y todos y todas debemos asumir nuestra responsabilidad en ello.
Porque dos manos, son más que una. Tiende la tuya. Toma la mía.